Es una instalación que desaparece mediante llamas. Hace referencia a los ojos que miran, a las miradas que trascienden lo visible, a la transformación y a la condición efímera de las cosas. La obra pasa de lo tangible a lo intangible mediante un proceso que experimenta el espectador, pasando por la angustia (por una obra que se “pierde” entre llamas) hasta llegar a un estado de comprensión y aceptación.
Desaparecer - Stephen Nachmanovich
“Para que aparezca el arte, nosotros debemos desaparecer. . . cuando algo atrapa nuestra mirada o nuestro oído: un árbol, una roca, una nube, un apersona bella, los gorgoritos de un bebé, las manchas del sol reflejadas en la tierra húmeda en un bosque, el sonido de una guitara que se cuela de pronto desde una ventana. La mente y los sentidos quedan un momento en suspenso, completamente entregados a la experiencia. No existe nada más. Cuando desaparecemos de esta manera, todo a nuestro alrededor se convierte en una sorpresa, nueva e intacta. El sí mismo y el entorno se unen.
La atención y la intención se confunden. Vemos las cosas tal como somos nosotros y como son ellas, y sin embargo podemos guiarlas y dirigirlas para que se conviertan exactamente en lo que queremos. Este estado mental activo y vigoroso es el más favorable para la germinación de la obra original de cualquier tipo”.
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